¡Hoy fue un buen día! Estuve en el Simposio “Eros y Pornógrafos” en la UIA Santa Fe, fue una experiencia padre… regresar a mi alma mater, ahora como tallerista y ponente.
El día de hoy representaba muchísimas cosas en mi vida, fueron muchos pasos a la vez, pero siento que los dí firme y segura… uno a uno.
Los pasillos de la ibero me traen muchos recuerdos –buenos y malos-, están llenos de anécdotas, de amores y desamores, de lealtades y traiciones, de sentimientos encontrados.
Me encontré con mucha gente, a la mayoría me dio mucho gusto verlos aunque nunca falta la piedrita en el zapato.
Recorría los pasillos, me fijaba en los alumnos –cada vez más jóvenes-; en los maestros que alguna vez me dieron clase; en los encargados de los laboratorios –de cine, de foto, de tv- a los que tanta lata les dí; en el departamento de la carrera de Comunicación en el que pasé tantas y tantas horas (ahí hice mi servicio social).
No sé, hoy la ví con otros ojos, fue una sensación extraña y a la vez emocionante. Volver a estar ahí, pero desde otro lugar, con una mirada distinta… ¡toda una experiencia!
El taller que di hoy fue de Sexualidad Responsable… me sentía apurada por el tiempo, la gente no llegaba y empecé a preocuparme. Me preguntaba si les gustaría mi trabajo, si lograría controlar mis nervios (los talleres que he dado no habían pasado de 30 personas) y en este calculaban 100 participantes. Finalmente creo que fuimos como 50 y siento que todo salió bien. Me sentí cómoda, como pez en el agua y creo que la clave está en que disfruto enormemente lo que hago. No sé si estaba más divertida yo que los propios alumnos; todavía hace rato me acordaba de algunas cosas que pasaron y me reía sola.
Me emociona pensar que el taller que di hoy tenga repercusión en alguno de los participantes; con que a uno de los 50 chavos le haya caído el veinte de que la salud también es sexualmente transmisible y de ahí la importancia de cuidarse y de cuidar al otro al momento de tener relaciones, me doy por bien servida. Yo sé que no puedo cambiar al mundo –mucho menos en un solo día-, pero si logro sembrar unas cuantas semillitas habré cumplido con mi misión.
Finalmente, sólo me queda agradecer de todo corazón el acogimiento que me han dado. Me siento muy honrada con la invitación y contenta de que se estén abriendo este tipo de espacios en instituciones como la Universidad Iberoamericana… ¡bien por esa apertura!
Alessia Di Bari 