el principio del fin

Cada que hablo de ti, lo hago en pasado… es mucho más fácil recordarte, que tenerte. Es más fácil decirte adiós que hola. Lo sé, es poco tiempo; justo por eso me asusta. Nos hemos visto dos veces  y ya cambiaste mi mundo, cómo será si nos seguimos viendo; no estoy segura de querer entrarle al movimiento.

Esta vez quisiera ir lento… lo sé, soy la primera que no respeta sus deseos. No los respeto porque los dos están presentes. Quiero ir lento y al mismo tiempo, quiero estar contigo, conocerte y ver cómo sigues poniendo de cabeza mi mundo.  Entenderte y entenderme.

A veces me pregunto si empezamos con el pie indicado y la respuesta no me convence. Sé que no es lo convencional, pero ¿cuándo he sido convencional? Sé que se presta al juego, pero igual me encanta jugar. De hecho, creo que la pregunta –en realidad- es: ¿estamos empezando algo? Tal vez esto terminó antes de empezar y yo ni siquiera me he dado cuenta.